Acabamos de inscribir en el cuadro de honor de los premios Cervantes a todo un señor de la palabra, Juan Marsé, catalán de 75 tacos. Me pides que diga algo y a ello voy. Mirando su retrato, tiene toda la pinta de un boxeador “sonao” y si esperas que su jeta esboce y amague una sonrisa, pues espera sentada. ¿Sabías que el apellido Marsé e adoptado/adoptivo? De padre desconocido o no reconocido, su madre biológica, muerta en el parto, se apellidaba Faneca. Estarás conmigo, oh ilustre creadora del blog calixtino, que Juan Faneca resulta más sonoro, significativo y… playero. Pero vengamos a la obra. De todo su catálogo me quedo con “La muchacha de las bragas de oro”, por lo sugeridor, por el Premio Planeta que le supuso y tal. Eso sí, su obra cumio es sin duda ÚLTIMAS TARDES CON TERESA, en la que se consagra el antihéroe PIJOAPARTE, mozo charnego del barrio barcelonés del Guinardó, que se enamora de Tere., niña bien, algo rebelde e ingenua. Para cerrar un trío, si “Las bragas” es el violín, “Últimas tardes” es el piano, digamos que “Rabos de lagartija”, una de sus penúltimas obras, es… el violonchelo (ejem!). ¿Su estilo, su prosa, su rumbo? Pues una mezcla de esqueleto y corazón, de basura y magia, a veces sacude como un trueno, a veces acaricia como una pluma de ganso. Y, sí, ácido, muy ácido y corrosivo (qué le voy a decir a la experta en materia de ácidos y oxácidos…) De Juan Marsé sabrá más quien leyere.
La tarde-noche está diluviana y quiero soltar este portátil de mi hija que no tiene ni rato. Lamento no recordar la letra, pero sí la música de una frase de Marsé: Mi mayor deseo es vivir siempre un amor imposible. De acuerdo, don Juan.
La tarde-noche está diluviana y quiero soltar este portátil de mi hija que no tiene ni rato. Lamento no recordar la letra, pero sí la música de una frase de Marsé: Mi mayor deseo es vivir siempre un amor imposible. De acuerdo, don Juan.
José Luís
3 comentarios:
Ola,
Don José Luis. Encantoume a túa entrada sobre ese grande púxil das letras que é Juan Marsé. O primeiro libro que lin del foi "Si te dicen que caí", e xa con ese título glorioso un escritor podería botarse a durmir. Sempre recordarei aqueles "aventis" que lle viñan ao protagonista. O meu aventis dese libro foi aquel treito no que un maníaco espía os escarceos do rapaz naquel cuartucho, porque anos máis tarde de ler o libro (lino con 18 anos)descubrín con pasmo aquel mesmo episodio nun periódico, e recortei a noticia, onde se contaban as penurias dun rapaz que se criara no prostíbulo onde traballaba a nai, e como ese rapaz co tempo se fixo asasino. Os título que ti citas tamén son deliciosos, e concordo coa túa opinión sobre a súa escrita: "una mezcla de esqueleto y corazón, de basura y magia", porque así é.
Polo que dis do seu aspecto de boxeador (e outra vez volvemos coincidir), non sei se sabes dunha anécdota que tivo en Mallorca, cando se xuntaba con Cela e os poetas barceloneses dos 50, cando nunha trifulca deixou malparado a un pobre camareiro. A anécdota non ten desperdicio, e cóntaa Díaz Plaja no seu "Anecdotario de la España Franquista".
Ben, bicos e abrazos, que xa me estou a estender demasiado. Vale.
Ramón Blanco
Calquera fai un comentario despois deste diálogo de tanto nivel!! Só quería felicitar a Jose Luis, como sempre deleitándonos co seu saber, e aproveito para facelo extensivo a Ramón... Botámoste de menos!!
La experta en ácidos y oxoácidos como tú la llamas (tu discípula bibliotecaria) está encantada con tu aportación al blog. Ahora sólo falta que le pierdas el miedo al ordenador, todo a su tiempo...Gracias.
Ramón, encantada de atoparte de visita virtual por estes lares!
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